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Oracion (especifica) para las ‘indulgencias del año 202-2026’

Oracion (especifica) para las ‘indulgencias del año 202-2026’

‘oracion’ especial para la ‘indulgencia’ del ‘jubileo 2025-2026’
En la Piazza Pia, quien preside el grupo introduce:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos responden:
Amén.

Presidente:
El Dios de la esperanza,
que, en el Verbo hecho carne,
nos llena de todo gozo y paz en nuestra fe,
por la potencia del Espíritu Santo,
esté en medio de nosotros.
Todos responden:
Bendito sea el Señor, nuestra esperanza.

LECTURA DE LA CARTA A LOS ROMANOS. 5,1-5

Justificados, entonces, por la fe,
estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por él hemos alcanzado, mediante la fe,
la gracia en la que estamos afianzados,
y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones,
porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud
probada; la virtud probada, la esperanza.
Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Después de la lectura se hace un breve silencio.
Presidente:
Encaminémonos en el nombre de Cristo:
camino que lleva al Padre,
verdad que nos hace libres,
vida que renueva el mundo.
Inicia la peregrinación a la Puerta Santa. Con la Cruz jubilar.

ORACIÓN PARA LA PEREGRINACIÓN A LA PUERTA SANTA SALMO 122 (121)
¡Qué alegría cuando me dijeron:
“Vamos a la Casa del Señor”!
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén, que fuiste construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor
–según es norma en Israel–
para celebrar el nombre del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.
Auguren la paz a Jerusalén:
«¡Vivan seguros los que te aman!
¡Haya paz en tus muros
y seguridad en tus palacios!».
Por amor a mis hermanos y amigos,
diré: “La paz esté contigo”.
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios,
buscaré tu felicidad.

SALMO 83 (84)
¡Qué amable es tu Morada,
Señor del Universo!
Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.
Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares,
Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.
¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti,
al emprender la peregrinación!
Al pasar por el valle árido,
lo convierten en un oasis;
caen las primeras lluvias,
y lo cubren de bendiciones;
Ellos avanzan con vigor siempre creciente
hasta contemplar a Dios en Sión.
Señor del universo, oye mi plegaria,
escucha, Dios de Jacob;
Protege, Dios, a nuestro Escudo
y mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en otra parte;
yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios
antes que vivir entre malvados.
Porque el Señor es sol y escudo;
Dios da la gracia y la gloria,
y no niega sus bienes
a los que proceden con rectitud.
¡Señor del universo,
feliz el hombre que confía en ti!
Al acercarse a la Iglesia de Santa María en Traspontina, se hace una breve reflexión:
“La esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. En ella vemos que la
esperanza no es un fútil optimismo, sino un don de gracia en el realismo de la vida. […] Al pie
de la cruz, mientras veía a Jesús inocente sufrir y morir, aun atravesada por un dolor desgar-
rador, repetía su “sí”, sin perder la esperanza y la confianza en el Señor. […] En el tormento de
ese dolor ofrecido por amor se convertía en nuestra Madre, Madre de la esperanza. […] En
los borrascosos acontecimientos de la vida, la Madre de Dios viene en nuestro auxilio, nos
sostiene y nos invita a confiar y a seguir esperando. (Spes non confundit, 24)
3 Avemarías

LETANÍAS DE LOS SANTOS
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros.
San Miguel, ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios, rogad por
nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
San Pedro y San Pablo, rogad por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
San Juan, ruega por nosotros.
Santos Apóstoles y Evangelistas, rogad por
nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por
nosotros.
Santos discípulos del Señor, rogad por
nosotros.
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por
nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad, rogad por
nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
Santos Mártires de Cristo, rogad por
nosotros.
San Gregorio, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
Santos Cirilo y Metodio, rogad por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
San Francisco, ruega por nosotros.
Santo Domingo, ruega por nosotros.
San Francisco [Javier], ruega por
nosotros.
San Felipe Neri, ruega por nosotros.
San Juan María [Vianney], ruega por
nosotros.
Santa Catalina [de Siena], ruega por
nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Francisca Cabrini, ruega por
nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por
nosotros.
Santa Faustina Kowalska, ruega por
nosotros.
Santa Teresa de Calcuta, ruega por
nosotros.
San Pío de Pietrelcina, ruega por nosotros.
Santos de Dios, rogad por nosotros.

Por tu misericordia, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu Encarnación, líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección, líbranos,
Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, líbranos,
Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos,
escúchanos, Señor.
Conforta e ilumina a tu santa Iglesia,
escúchanos, Señor.
Protege al Papa, a los obispos y sacerdotes
y a todos los ministros del Evangelio,
escúchanos, Señor.
Envía nuevos trabajadores a tu mies,
escúchanos, Señor.
Da justicia y paz al mundo entero,
escúchanos, Señor.

Ayuda y conforta a todos los que están
afrontando pruebas y dolor, escúchanos,
Señor.
Guárdanos y confírmanos en tu santo
servicio a nosotros y a todas las personas
consagradas a ti, escúchanos, Señor.
Jesús, Hijo del Dios vivo, escucha nuestra
súplica. Jesús, Hijo del Dios vivo, escucha
nuestra súplica.
Se rezan o se cantan las Letanías de los Santos.

SALMO 23 (24)
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
Él la fundó sobre los mares,
Él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién ese Rey de la gloria?
El Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso en la batalla.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Durante la peregrinación se rezan o cantan algunos salmos. Teniendo en cuenta el tiempo que
puede ser necesario para llegar a la Puerta Santa, es posible rezar una decena del Rosario.
Una vez que se llegue a la Puerta Santa, se reza el siguiente salmo:
Después de ingresar a la Basílica, se rezan las siguientes oraciones por las intenciones del Santo Padre:
Padre Nuestro
3 Avemarías
Gloria
Tras llegar a la Tumba del Apóstol Pedro, se hace la Profesión de Fe:
Credo

Si quien preside es un ministro ordenado, se concluye con una bendición.
Si quien preside es un laico, la conclusión es la siguiente:
Bendigamos al Señor.
Todos responden:
Demos gracias a Dios.

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